El ritual de los grandes

Descubrimos el secreto de los ganadores

Liderazgo, toma de decisiones, influencia, comunicación, negociación, persuasión...

Suenan genial y son, sin duda, algunas de las habilidades esenciales que pueden marcar la diferencia en tu carrera profesional. Pero, si quieres aumentar tu credibilidad ante tus superiores, de nada te servirán si no incorporas el ritual de los grandes.

Puedes hacerte 100 seminarios distintos, leer a 500 autores y escuchar 1.000 podcast, conocer las herramientas, las pautas, la manera de impulsar estos skills y, aún así, será insuficiente: tienes que adoptar el ritual de los grandes.

Si fallas en la preparación,
prepárate para fallar.

Benjamín Franklin.

Preparación, preparación, preparación. Este es el ritual.

Pensemos en una situación muy habitual en nuestra actividad laboral: imagina que tienes que hacer una presentación a tu equipo de trabajo, o a un cliente (interno o externo).

¿Qué es lo que hace la inmensa mayoría? Preparar un Power Point con los puntos que quieren contar y de ahí se van a la reunión. Es decir, la primera oportunidad que tienen de realizar la intervención es… ¡en la propia reunión! ¿Cómo va a salir? Mediocre, con una alta probabilidad.

Así NO es como lo hacen los grandes.

Los grandes saben que cuando han acabado la presentación, comienza la preparación. ¿Por qué? Porque, como me dijo Xesco Espar, campeón de Europa con el Barça de Balonmano:

«Una cosa es salir a jugar, otra salir a competir, y otra muy distinta, salir ganar».

¿A qué sales tú cuando te toca presentar, o te toca negociar?

Un ejemplo claro lo tenemos también en las Charlas Ted. Las charlas Ted son un espacio de gran popularidad donde referentes de diferentes campos comparten ideas (para que tengas una referencia, una Charla Ted tiene de duración aproximada de unos 20 minutos). Pues bien, estas charlas que parecen tan naturales y espontáneas, tardan en prepararse ¡cientos de horas! ¡Están trabajadas al milímetro!, en la obra de Chris Anderson se revelan las claves.

Se dice que se juega como se entrena, aunque eso no es del todo cierto, Xesco Espar me contaba:

«Enrique, hay personas que juegan mejor de lo que entrenan y otras que entrenan mejor de lo que juegan. Lo que sí que es cierto es que: lo peor que te permitas entrenar será lo peor que vas a jugar«. 

¡Piénsalo!
Esto será lo que marque tu estándar.